En Japón, al igual que en Chile, los terremotos son un riesgo continuo que afectan la continuidad operativa de los centros de datos.  La diferencia entre ambos países es que en Japón se toman el asunto muy en serio, y no solo a nivel de empresas o clientes, sino también a nivel de los centros de datos, los cuales tienen claro el costo que implica la pérdida de información junto con la pérdida de la continuidad operacional, la que a corto o mediano plazo, significa la pérdida de clientes.

En Japón, cerca de 1.000 empresas utilizan la tecnología de WorkSafe Technologies para proteger sus equipos. Los productos de mitigación de terremotos ISO-BASE de la compañía de California, permiten que las estanterías y los racks resistan incluso los grandes terremotos con vibraciones mínimas.

ISO-BASE ha recopilado una sólida trayectoria en la protección de equipos en centros de datos japoneses a través de más de 10 terremotos significativos durante la última década. El producto utiliza un sistema patentado de aislamiento sísmico Ball-N-Cone que consta de dos placas de carga con huecos en forma de cono intercalados sobre un rodamiento de bolas de acero. El diseño permite que la plataforma ruede sin problemas y de manera uniforme a través de los terremotos.

El sistema de aislamiento sísmico permite que los racks completos de los servidores se desplacen hasta ocho pulgadas sin daños. La pregunta clave en el terremoto de hoy es si la magnitud causó un movimiento que excedió ese umbral.

En muchas regiones, el enfoque estándar para la mitigación de terremotos es atornillar el equipo al piso. WorkSafe dice que este “perno rígido” mantiene el equipo en su lugar, pero puede provocar vibraciones que pueden dañar los bastidores y el equipo y, por consiguiente, la información, el recurso más valioso.